Ley federal de participación: ¿qué cambia para todos los implicados?
Una vida autodeterminada, participación y acceso a establecimientos públicos, lamentablemente, no es una obviedad para las personas con discapacidad. La Ley federal de participación significó en 2016 un importante paso dirigido a la accesibilidad y la autodeterminación. ¿Qué encierra este paquete legislativo?
Una importante esencia ante todo: las personas con discapacidad pueden conservar más de sus ingresos y su patrimonio. ¿Qué puntos cambian además con la Ley federal de participación? ¿Y qué puede hacer usted como empresario para crear mayor accesibilidad? Aquí lo sabrá.
La Ley federal de participación: nuevas disposiciones para personas con discapacidad
Muchas mejoras para personas con discapacidad: eso promete en Alemania la Ley federal de participación (BTHG, por sus siglas en alemán). El extenso paquete legislativo del 28 de junio de 2016 prevé mayor participación y autodeterminación. A continuación conocerá los objetivos y medidas incluidas.
Ley federal de participación, punto 1: mantenimiento de la capacidad de ingresos
Se obliga a los organismos responsables de las medidas de rehabilitación, p. ej., la Agencia Federal de Empleo o el seguro legal de pensiones, a identificar incapacidades inminentes con la debida antelación. Incluso antes del ingreso a la rehabilitación deberán posibilitarse medidas de prevención precisas, de modo que se mantenga la capacidad de ingresos para los afectados.
El programa federal «Formas innovadoras para la participación en la vida laboral» del Ministerio Federal de Trabajo y Asuntos Sociales de Alemania subvenciona para ello a oficinas de empleo y organismos del seguro legal de pensiones, con el fin de experimentar innovadores enfoques para mantener la capacidad de ingresos.
De esta manera, se busca ayudar a personas con afectaciones psíquicas y gran necesidad de asistencia, para evitar así que desarrollen enfermedades crónicas.
Ley federal de participación, punto 2: acceso más fácil a las medidas de rehabilitación
Con la Ley federal de participación también debe facilitarse el acceso a las medidas de rehabilitación. Una única solicitud es ahora suficiente para obtener medidas de rehabilitación en distintos organismos. Anteriormente, por ejemplo, una persona que depende de una silla de ruedas debía presentar dos solicitudes: una en la caja de enfermedad y otra en el organismo de ayuda a la integración. Gracias a la Ley federal de participación, esto ya no es necesario.
El primer plano, por tanto, lo ocupa la asistencia individual de aquellas personas que la necesitan. La presentación más sencilla de solicitudes se complementa con una red independiente de centros de consulta, que brindan ayuda a personas con discapacidad y a sus allegados.
Ley federal de participación, punto 3: participación social, vida laboral y formación
La Ley federal de participación, además, mejora las posibilidades de participación social, así como de tomar parte en la vida laboral y la formación. En concreto, significa:
- Las prestaciones para la participación social se redefinen y se estructuran con mayor claridad.
- Será posible planificar la vida de forma individual y conforme a los deseos personales.
- Las prestaciones de asistencia se denominarán como tales (también la asistencia paterna), y se incluyen igualmente entre los subsidios.
- Toda persona con discapacidad debe participar lo más posible en la vida laboral mediante las prestaciones y protección adecuadas, así como conforme a su capacidad de rendimiento.
- La participación en formaciones se define como un grupo propio de prestaciones.
- La educación escolar y los cursos de perfeccionamiento profesional superior también se consideran prestaciones de participación en formaciones y pueden subsidiarse según corresponda.
- Las ofertas de jornada completa están igualmente incluidas.
Tanto en el hogar como en la consecución de títulos de enseñanza superior (p. ej., un máster) es posible recurrir ahora a prestaciones de asistencia. Además, las personas con discapacidad pueden trabajar tanto en el mercado libre como así también en un taller para discapacitados u otro proveedor de servicios. Este punto se menciona concretamente por primera vez en la ley, de modo que existe seguridad y claridad jurídica.
Ley federal de participación, punto 4: ayuda a la integración como derecho independiente a la participación
Respecto a la ayuda a la integración, con la Ley federal de participación cambian unos cuantos puntos. En cuanto a los ingresos y patrimonio, las personas con discapacidad, que reciben ayuda a la integración, pueden conservar más. Se dispone también que, a partir de 2020, los ingresos y el patrimonio del cónyuge o la pareja de hecho no se tomarán en consideración.
Además, se alivia a los municipios y los estados federados, ya que tales prestaciones de ayuda a la integración están a cargo del estado federal, al igual que la prestación de cobertura básica.
La cuestión decisiva en la ayuda a la integración es, no obstante, que la cuantía de las prestaciones ya no se guía por determinadas formas de alojamiento. En lugar de ello, el punto de mira se centra en la necesidad personal del individuo.
Las prestaciones específicas de la ayuda a la integración como, p. ej., la asistencia para formación y participación en la vida laboral, se consideran en la Ley federal de participación por primera vez separadamente de las prestaciones de subsistencia (subsidio de vivienda, para vestimenta y por cuidado de los hijos, entre otros). El financiamiento se realiza, en consecuencia, por separado.
Por último, con la Ley federal de participación también se fortalece el derecho al deseo y la elección de las personas con discapacidad, cuando se trata de decidir en pro o contra una determinada forma de alojamiento. La ayuda a la integración, en conjunto, se ha desarrollado convirtiéndose así en un derecho a participación, en lugar de ser solo una parte del sistema de asistencia social.
Ley federal de participación, punto 5: más derechos en talleres para personas con discapacidad
En los talleres para personas con discapacidad se cuenta desde ahora con una representante de la mujer. De tal modo, se debe enfrentar mejor la discriminación por razones de género, así como representar más intensamente los derechos de las personas con discapacidad. Además, se han fortalecido los derechos de los delegados de talleres, con lo que también se ha mejorado el derecho a ausentarse del trabajo y a cursos de formación.
Ley federal de participación, punto 6: mejor comprobación de las prestaciones
También se han mejorado las condiciones para una comprobación más efectiva de las prestaciones. Con ello debe asegurarse que el prestador sujeto a contrato cumpla con los deberes que le corresponden. El punto de mira se centra en que el prestador se ocupe efectivamente de la persona con discapacidad tal como se ha estipulado en el contrato.
Asimismo, las posibilidades de sanción se han ampliado. Si, por ejemplo, en el cuidado de una persona discapacitada se comprueban deficiencias graves, es posible exigir el reembolso de lo ya abonado. En el peor de los casos, se deja sin efecto la colaboración con el prestador.
La Ley federal de participación en lectura fácil
Entre los derechos de las personas con discapacidad también figuran, por supuesto, que disposiciones como la Ley federal de participación estén disponibles de forma accesible y comprensible para todos. Por eso, la Ley federal de participación está disponible en Internet en lectura fácil.
¿Cómo se beneficia usted, como empresario, de mayor accesibilidad?
¿Qué significa eso para usted, si es empresario o tiene un negocio? ¿Cómo puede beneficiarse de la inclusión que posibilita la Ley federal de participación?
En definitiva, debido al cambio demográfico cada vez más gente depende de una ayuda, por ejemplo, de un andador o una silla de ruedas.
Y, además, también se debe considerar a la cantidad de personas jóvenes con discapacidad: no quieren renunciar a participar, a pesar de las limitaciones en la movilidad. El avance técnico lo hace posible: cada vez más medios de ayuda facilitan el día a día, y los establecimientos públicos no deben quedarse atrás. Quien ofrece a los clientes, visitantes o incluso a los empleados un servicio de primera categoría refuerza su imagen y será recomendado. Para el volumen de ventas también es, por cierto, una ganancia.
Comienza ya con el hecho de que los establecimientos en espacios públicos se encargan de que toda persona encuentre el camino hasta ellos. Ello incluye a personas mayores o a quienes tienen dificultades para andar, sea temporalmente por una lesión o a largo plazo debido a una enfermedad.
Un buen comienzo es la llamada silla de traslado. Si bien a primera vista parece ser una silla de ruedas, el concepto es diferente. Así, por ejemplo, la silla de traslado SAM de Provita solo se toma en préstamo, es sumamente fuerte y ofrece un máximo confort de manejo.
Los administradores de restaurantes y hoteles que quieren brindar a sus visitantes un servicio particularmente especial están estupendamente preparados con SAM. Lo mismo ocurre con administradores de centros comerciales, museos y otros destinos.
La silla de traslado de Provita es una alternativa flexible a la silla de ruedas cuando la gente ya no puede recorrer trayectos largos a pie. Aun cuando sea temporalmente tras sufrir una lesión deportiva.
Así, posibilita a sus visitantes una estancia cómoda y relajada en su establecimiento a pesar de la movilidad reducida. Además, muestra que se toma en serio las cuestiones de accesibilidad e inclusión.
Tal como con el principio del carro de la compra, la silla de traslado SAM (Sit and Move) puede alquilarse por el tiempo que dure la estancia. La gente que, de otra forma, tal vez se quedaría en casa, podrá desarrollar una actividad de ese tipo. SAM ofrece a ese gente la posibilidad de descansar pero, al mismo tiempo, de participar de los acontecimientos.
Conclusión sobre la Ley federal de participación y sobre cómo SAM ayuda a implementarla
La Ley federal de participación (BTHG) es un importante paso hacia la accesibilidad. Fortalece los derechos de las personas con discapacidad en cuanto a participación social y participación en la vida laboral, permite un mejor acceso a la formación y también mejora las posibilidades económicas. El acceso a las medidas de rehabilitación también se facilita, y la libertad de decisión respecto a la forma de alojamiento se refuerza.
Con independencia de la Ley federal de participación, los administradores de restaurantes, hoteles, museos o establecimientos culturales pueden velar por que las personas con discapacidad se sientan a gusto. Nuestra silla de traslado SAM es, para tal fin, una ayuda diaria flexible e ingeniosa. Las personas con limitaciones temporales de movilidad pueden alquilar una silla SAM y disfrutar relajados de la estancia en su establecimiento sin necesidad de esforzarse en demasía. ¡Una atención extra fantástica!
Si quiere conocer SAM sin compromiso, Provita estará encantado de ayudarle.